Como tradicionalmente ocurre durante el período vacacional que corresponde al verano, con el respaldo del Ministerio de Educación (Minerd), o de las distintas regionales y distritos, incluso por decisión propia que es sustentada por los presupuestos internos, las escuelas públicas se toman el tiempo para remozar, pintar, habilitar nuevos espacios y readecuar los de uso tradicional.

Durante estos últimos días, que se encaminan al inicio del año escolar 2024-2025, pautado para el próximo lunes, 26 de agosto, algunos los centros educativos están siendo intervenidos con miras a la llegada de los alumnos, mientras otros continúan estáticos bajo distintos presagios: aun faltan días, no se necesita o no se hará nada.

Además, se acelera el paso ante el recordatorio de las necesidades de distintas comunidades y el propio déficit de más de 7,000 aulas, saliendo a colación aquellas escuelas a medio construir desde el período gubernamental de los peledeístas.

La “escuela de los desalojados”, en Los Alcarrizos, tiene precisamente tres años, cuatro meses y dieciséis días, ocupada por decenas de familias que afirman haber sido echados arbitrariamente de sus viviendas en el barrio Freddy Beras Goico.

Hoy, encontrándose en condiciones deplorables e inhumanas, siguen reclamando al Estado por una reubicación; a lo que también entra en consideración que la comunidad en la que se encuentran, requiere del que sería llamado “Liceo La Unión Tamarindo”.

Según las informaciones del Minerd, ofrecidas por el director de infraestructura, Fernando Taveras, las autoridades correspondientes para resolver ante la situación, han censado el sitio, más aún no tienen respuesta.

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